Enero pasó al igual que Febrero y Marzo y así, hasta llegar de nuevo al verano, yo me sentía bien, valiente, fuerte por haber logrado seguir hacia delante. Tenía ganas de seguir mi camino pero todavía me sentía sin amor, lo que más deseaba en esta vida... por lo que decidí volver al mismo sitio del año pasado en busca de nuevas aventuras, en busca de la felicidad, aquel pueblecito de Inglaterra donde me había hecho ser fuerte y ser capaz de sonreir y curar heridas.
Este verano me fui 2 meses, me apetecía estar más tiempo allí, disfrutar de aquello tan maravilloso, por lo que me puse a estudiar y a trabajar para mejorar mi inglés.
Nadie, sabía lo que me iba a deparar el verano, pero el destino estaba escrito...
Encontré trabajo pero me sentía un poco perdida con el idioma, el no poder expresarte como quisieras. Al principio fue duro porque metía la pata en todo, pero siempre había alguien que estaba pendiente de mi ayudandome...
Pasaron los días y aquello ya resultaba hasta fácil, cuando me relajé, pude comprobar algo en lo que aunque me había dado cuenta, no había prestado atención. Era alto, con los ojos azules, el pelo castaño y con aire desenfadado, muy gracioso cuando quería comunicarse conmigo en español pero no tenía ni idea... aquel chico inglés seguía pendiente de mi y ayudandome... no entendía por qué pero iban pasando los días y la ilusión por volver a verle seguía creciendo más cada día.
Las semanas pasaban tan rápidas que el tiempo se agotaba... me había enamorado total y completamente de él... pero yo volvería a España con todo un torbellino de sentimientos y él se quedaría en ese pueblecito de Inglaterra sin saber nada sobre lo que sentía por él...
Se despide, hasta pronto, una enamorada!!!
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